Calefón a gas vs calefones eléctricos
¿Calefones eléctricos o calefón a gas?
¿Cómo funciona un calefón?
Los calefones tienen como objetivo calentar el agua de manera rápida. Es decir que aumentan la temperatura del agua en el mismo momento que vamos a usarla. Por eso, para funcionar correctamente necesitan una cierta presión del agua: si abrimos varias canillas al mismo tiempo esta presión va a disminuir. Sus mayores ventajas se deben a un gasto energético reducido y que no suelen ocupar muchísimo espacio.
Calefones eléctricos o calefón a gas: funcionamiento
La primera gran diferencia entre los calefones eléctricos y cualquier modelo de calefón a gas es su modo de funcionamiento y de calentar el agua, además de su fuente de energía. ♻️
En los calefones eléctricos el agua se acumula dentro del tanque y en el interior una resistencia eléctrica es la encargada de calentar el agua hasta la temperatura deseada. Una vez que lo logra, la resistencia eléctrica se detiene. Si bien la resistencia eléctrica de los calefones eléctricos está perfectamente diseñada para lograr la temperatura justa, existen distintos modelos de timer para calefón que pueden servir para mayor precisión.
El calefón a gas, en cambio, funciona de forma automática ya que calienta el agua en el preciso momento en que se la demanda (razón por la cual usualmente demora unos segundos en levantar temperatura), a través de conductos internos o serpentinas al calor de las llamas. 🔥
Calefones eléctricos o calefón a gas: instalación 🛠️
Otro de los aspectos a tener en cuenta al momento de elegir entre un calefón a gas o las distintas variantes de calefones eléctricos es la instalación. El calefón a gas, ya sea calefón 20 litros o calefón 30 litros, es fácilmente instalable siempre y cuando contemos con una red de gas con anterioridad. En caso de que no haya, la instalación de un calefón a gas puede tornarse dificultosa.
A diferencia de los calefones eléctricos, que bien pueden ser colocados en exteriores, el calefón a gas debe ser instalado en lugares accesibles de la casa, tanto como para controlar la temperatura como para evitar que la llama del calefón a gas se apague por el viento u otros factores externos.
El calefón a gas, al nutrirse de un elemento potencialmente más peligroso como es el gas, precisa ser revisado anualmente por un especialista para verificar que no haya pérdidas ni cualquier otro tipo de daño.
Los calefones eléctricos, en cambio, no precisan de instalación de gas para su instalación, lo cual facilita el trabajo ya que son permeables de colocar en cualquier lugar de la casa, incluso en exteriores o zonas de difícil acceso. Como contrapartida, es necesario aclarar que los calefones eléctricos suelen ser de dimensiones significativas, por lo que requieren un amplio espacio para su colocación. 🏠
Los calefones eléctricos no requieren revisiones anuales, además de contar habitualmente con una válvula de calefón que impide que el agua ya caliente se filtre por la tubería donde corre el agua fría, evitando así roturas o daños gracias a la válvula de calefón.
Calefones eléctricos o calefón a gas: nivel de consumo
Una de las principales diferencias entre los calefones eléctricos y el clásico calefón a gas es el nivel de consumo energético de ambos tipos de calefón. Mientras que el calefón a gas (sin importar que sea calefón 30 litros o calefón 20 litros) es reconocido por su bajo consumo de energía, y por lo tanto, recomendable para el ahorro, los calefones eléctricos cuentan con la desventaja de precisar un alto nivel de consumo de energía eléctrica.
Además del menor consumo energético gracias a su funcionamiento, que hace que el calefón a gas solo caliente el agua al momento de ser usada (¡el consumo de energía en “piloto” es mínimo!), el calefón a gas es una opción económica en comparación a los calefones eléctricos, pues el gas es más barato que la electricidad. ⚡
Si bien los calefones eléctricos consumen niveles de energía altos y por lo tanto, más caros, la utilización de un timer para calefón es una buena alternativa para regular el gasto de los calefones eléctricos y procurar ahorrar energía y dinero. El correcto funcionamiento del timer para calefón y de la válvula de calefón es esencial para el trabajo de este tipo de electrodomésticos.
Calefones eléctricos o calefón a gas: presión del agua 🚿
Los calefones eléctricos cuentan con la virtud de poder abastecer simultáneamente varias canillas y grifos sin por eso perder temperatura ni presión del agua. Al almacenar el agua caliente en un tanque, los calefones eléctricos ofrecen un suministro de agua caliente inmediato y también constante, aunque limitado también por la capacidad de litros que disponga el tanque de agua. La demora para recalentar el agua una vez agotado el tanque, hace que los calefones eléctricos no sean recomendables para el uso en casas con muchos habitantes o con demanda de agua extraordinaria.
El calefón a gas, por otro lado, posee un suministro de agua caliente ilimitado en el tiempo, aunque con la desventaja de poseer menor presión para abastecer más de una canilla a la vez, generando que en algunas ocasiones la temperatura del agua varíe inesperadamente. Si bien al comienzo el agua provista por el calefón a gas puede salir fría, en tan solo unos segundos comenzará a tomar temperatura. 💦
Calefones eléctricos o calefón a gas: capacidad
La diferencia de capacidad del calefón a gas respecto a los diversos calefones eléctricos radica directamente en su modo de funcionamiento. La capacidad promedio de calentamiento de un calefón a gas es de 10 litros por minuto, aunque distintas marcas han presentado modelos de calefón 20 litros. Si contamos con un espacio pequeño para la ubicación de nuestro calefón a gas, existen también productos con capacidad de 6 litros por minuto aproximadamente.
La capacidad de almacenamiento de los calefones eléctricos, en cambio, varía según el tamaño del tanque del calefón y sus medidas. Si bien la capacidad promedio de los calefones eléctricos de gran tamaño es de entre 70 y 80 litros, existen en el mercado variantes de calefón 30 litros ideales para viviendas habitadas por una o dos personas. Finalmente, la vida útil de un calefón a gas puede extenderse hasta 10 años, 5 años más que el promedio de los calefones eléctricos. ☘️
Consejos para comprar un calefón a gas
Si estamos pensando en comprar un calefón a gas, es importante que tengamos en cuenta algunos puntos esenciales para evitar problemas después o que el producto que compramos no cumpla con nuestras necesidades.
Comprobar la potencia y rendimiento del equipo
Una de las características más importantes a la hora de elegir un producto como el calefón a gas es su potencia, en este caso se expresa por la capacidad en litros por minuto. También la podemos encontrar como “flujo” o “litros/ minuto”, esta información suele estar dentro del manual de instrucciones de nuestro calefón, en las etiquetas o podemos preguntar donde lo compremos.
Es importante saber que esta característica también tendrá una consecuencia directa en el precio de nuestro calefón. Mientras más potencia y capacidad tenga, más caro nos saldrá.
Podríamos decir que la capacidad de flujo de un calefón es la cantidad de litros de agua caliente que puede entregarnos en un minuto de funcionamiento. Se considera así cuando el agua aumenta su temperatura a partir de los 20 grados.
Debemos prestarle atención a este número, porque así estaremos seguros de que el calefón que compramos satisface nuestras necesidades, también debemos saber cuántos puntos de agua necesitamos que funcionen en simultáneo, qué caudal puede tener cada punto y el clima de nuestra región.
Considerar todos estos puntos puede parecernos un cálculo complejo, pero existen herramientas que pueden ayudarnos a saberlo y tener un resultado de forma sencilla: si tenemos tres duchas que necesitan un caudal de 10 litros por minuto, considerando que por alguna razón están funcionando al mismo momento, nuestro calefón deberá mantener un flujo de 30 litros por minuto. Si vivimos en una zona bastante fría, necesitaremos un calefón más potente, quizás con unos 35 litros por minuto estaremos bien.
Considerar si el calefón es digital o mecánico
Otro punto que puede hacer variar el precio de nuestro calefón es la tecnología del producto, tanto si es mecánico como si es digital. Si es de los primeros, no tiene la posibilidad de manejar automáticamente la potencia, por lo tanto no podremos compensar las variaciones que puede sufrir el flujo o la temperatura del agua entrante.
En cambio un calefón digital tiene la posibilidad de modular, adaptarse a estos problemas de forma más precisa, rápida, al instante. También, debido a su tecnología, suelen favorecer al menor consumo de gas. Por lo general son más duraderos y eficientes que un calefón mecánico. Por lo tanto, si consideramos una relación entre el costo del aparato y los beneficios, podemos considerar que es mejor.
Si estamos buscando comprar un calefón, podremos ver que los modelos digitales son más caros, pero también nos brindarán un mejor servicio, comodidad, sobre todo si tenemos un caudal bajo de agua en la ducha o algunas canillas.
Verificar la eficiencia energética del equipo
Otro punto esencial a la hora de comprar nuestro calefón es verificar su eficiencia energética. ¿Qué significa? La relación entre el gas que consume y la cantidad de energía que utiliza para calentar el agua. En un calefón, parte del calor que se utiliza por la llama se pierde; el rendimiento de nuestro calefón refiere la tasa de esta pérdida.
Si queremos comparar la eficiencia de nuestro calefón debemos hacerlo ante productos de potencias iguales o parecidas. Si tenemos un calefón con un mejor rendimiento pero con mayor capacidad de flujo, posiblemente consuma mayor cantidad de gas en su uso. Aún así será más eficiente pero esto se debe adaptar a las necesidades de donde lo vayamos a instalar.
Pensar también en el diseño
Un punto que no debemos pasar por alto a la hora de comprar un calefón a gas es su estética: si queremos un calefón a gas y lo vamos a instalar en una propiedad nueva, quizás también nos importa que quede alineado con su entorno.
No solo debemos pensar en el color del calefón sino también en su tamaño: hay algunas versiones más grandes y otras más compactas. Algunas ocupan, obviamente, más espacio. Esto dependerá de donde queremos instalarlo y el lugar que tenemos disponible para el equipo.
El diseño también afecta su funcionamiento, los controles del dispositivo deben estar en un espacio de fácil acceso, sobre todo aquellos dedicados al control de la temperatura, así podemos cambiarla de una forma práctica, sencilla y simple.
Antes de comprar un calefón es importante comparar varios modelos, ver donde podemos instalarlos, qué consejos recibimos al momento de la compra, evaluar todos los puntos necesarios. Así estaremos seguros del calefón que compramos.
Verificar las especificaciones tecnológicas
Hay otros recursos tecnológicos que también influyen en el precio de nuestro calefón a gas. Verificar qué especificaciones tiene, con qué recursos tecnológicos cuenta, etc.
Por ejemplo: no será lo mismo si tiene un tiro forzado o natural porque esto influye en las condiciones de su instalación. Es muy importante porque también habla de la seguridad del producto.
Comprar un calefón es una inversión: debemos estar seguros de qué modelos nos convienen más, qué precios tienen, qué eficiencia, si nos va a servir para cumplir con nuestras necesidades. Así, una vez que compramos el calefón no nos arrepentimos de la compra.
Un punto donde no vale la pena ahorrar es en su instalación: buscar un profesional que esté calificado para el trabajo, qué cuente con todas las herramientas de calidad para hacerlo bien, ya que todo esto puede afectar posteriormente en su desempeño y afectar la seguridad de nuestro calefón.